viernes, 27 de marzo de 2020

El Coro del Monasterio de San Isidoro del Campo

Los monjes dedicaban al oficio divino (recitado de salmos y lecturas) una hora nocturna y siete diurnas. Estas horas canónicas se cantaban en el coro y eran señaladas con un toque de campana. El coro era un espacio acotado, dedicado a la oración comunitaria y estrechamente ligado al presbiterio, el ámbito de la liturgia. En el Monasterio de San Isidoro del Campo, el coro ocupa la mayor parte de la nave de la iglesia primitiva o fundacional, mandada a construir por Alonso Pérez de Guzmán, El Bueno, en el siglo XIV y restringida exclusivamente para el culto monacal.





El mobiliario estaba en relación con las funciones que se le asignaba al coro. La sillería, lugar donde se colocaban los monjes, posee dos niveles, es obra clasicista del siglo XVII y muestra el rigor formal e ideológico de la Contrarreforma, en estrecha relación con el nuevo rumbo que la orden jerónima impuso en el monasterio. El facistol conserva el diseño clásico en su vástago central añadiéndosele en la segunda mitad del siglo XVIII para enriquecerlo la talla rococó y una peana con La Inmaculada rodeada de ángeles. Los tintinábulos con sus campanillas y el órgano venían a reforzar con sus toques el esplendor ceremonial de la liturgia y a resaltar el canto.


oficios de misa

El facistol (S.XVII-XVIII)

Decoran los muros del coro una serie de cuadros: La Asunción-Coronación de la Virgen, que subraya la dedicación mariana del espacio de oración; El Triunfo de la Muerte, una alegoría de la fugacidad de la vida, quizás estuvo destinado originariamente a la sala de profundis; San Cristóbal, como era tradicional, se situaría a la entrada del templo, cumpliendo la función de protector contra la muerte súbita; San Isidoro en la toma de Baeza muestra la imagen del santo titular en relación con el concepto de "Reconquista" que propugnaron los reinos cristianos y la representación de San Eutiquio, que incidía en la revalorización del culto a los santos y a las reliquias a partir del Concilio de Trento, así como la implicación de los patronos del monasterio en la difusión de su culto.



Fuente: Monasterio de San Isidoro del Campo

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